ESO TAMBIÉN ES SANAR
No negar a la tristeza
cuando viene a visitarme.
No contener las lágrimas cuando se desbordan de mis ojos.
Reconocer que también tengo miedo,
que a veces quisiera escapar
de mí y de mis pensamientos,
salir corriendo de mis límites.
Que a veces no me entiendo,
ni entiendo nada en este mundo loco.
Que no tengo siempre la respuesta
ni quiero tenerla,
que no siempre puedo con todo,
que sueño más de lo que duermo,
que en ocasiones me abraza la melancolía,
y no me sale la risa,
y no lo escondo ni lo ignoro,
porque así puedo escuchar a mi alma
cada vez que me pide un abrazo.
Eso, también es sanar.